La técnica de sublimación se basa en la personalización de artículos compuestos por completo o de forma mayoritaria por poliéster y de color blanco o muy claro.
Las características de este material permiten que el diseño, impreso sobre papeles y tintas especiales, pase del papel a la prenda en condiciones de gran temperatura y presión.
El nombre proviene del propio proceso, ya que la tinta pasa a su estado gaseoso (en condiciones de gran temperatura y presión) y, finalmente, vuelve a su estado sólido fijándose en la prenda.